Ernest Lluch, amor de padre

El 21 de noviembre de 2025 se han cumplido 25 años del asesinato de Ernest Lluch por la banda terrorista ETA.
Cuando yo era estudiante de 2º de Periodismo, tuve la suerte de entrevistarle en su faceta más humana, como padre. La verdad es que le entrevisté sin recordar su nombre. Estábamos el fotógrafo Miguel López y yo, como redactor del periódico Nou Barris 9, cubriendo una maratón de teatro amateur que se celebraba en el barrio del Congrès de Barcelona.
Comentamos que entre el público había alguien conocido, no recordábamos su nombre pero sí su rostro de haberlo visto muchas veces en televisión, era o había sido un ministro. Miguel y yo, seguíamos el acto de pie, apoyados en la pared lateral con vistas a captar algún momento y redactar la crónica del evento que era bastante soporífero. Muchas actuaciones y bastantes problemas técnicos. Después de una de las representaciones, vimos que el ex ministro se colocaba la chaqueta y se levantaba de camino a la puerta de salida, a él se unían un par de guardaespaldas que le vigilaban muy cerca de dónde nos encontrábamos.
Miguel y yo nos miramos y estuvimos de acuerdo en pedirle unas declaraciones. ¿pero si no sabemos cómo se llama? Es igual, ahora o nunca.
Puse en marcha la grabadora y me acercé al ex ministro. No era el momento ni el lugar para hacerle una gran entrevista pero sí pensé que podría incluir unas breves declaraciones en la crónica.
¿Pero qué le preguntas a alguien de quien no recuerdas su nombre ni sabes por qué estaba allí?
De camino hacia el hall, pensé que a esa hora se disputaba un partido importante del Barça y sí recordaba que el ex ministro era culé. Ya tenía la excusa para comenzar la conversación: ¿Se puede sacrificar un partido del Barça por venir a ver teatro amateur?
Fueron apenas unos minutos, pero suficientes para un mensaje que me llegó al corazón y que me pareció de lo más humano y natural, estaba allí porque actuaba su hija. A todo eso volvimos a la redacción sin saber con quién había hablado pero seguro de que era un ex ministro con amor de padre.
El fotógrafo me dijo que nos había hecho algunas fotografías por si decidía poner su imagen en el reportaje. La cámara era analógica y habría que esperar a revelar el negativo para que alguien del periódico nos dijera quién era aquel señor conocido. La periodista Cristina Fallarás, por aquel entonces directora del periódico y de la Editorial Ediciones Improbables, nos comentó unos días después tras ver los negativos a contraluz que el personaje en cuestión era el mismísimo Ernest Lluch y me propueso hacer un despiece o un destacado dentro de la crónica sobre el maratón de teatro. Así surgió este texto que firmé con el título de ‘Amor de Padre’.
A comienzos de los 90, el terror de la banda terrorista ETA recorría toda la sociedad. Un 21 de noviembre del año 2000, Ernest Lluch recibió dos disparos en la cabeza poco después de aparcar el coche en el garaje de su casa.